My Lonely Angel

De repente él apareció de la nada como cuando cae la hoja de un árbol sin previo aviso, ella mientras tanto sorprendida al verlo no podía contener las lagrimas que sin su permiso salían una tras otra de sus ojos , aquel nudo en la garganta no la dejaba expresarle lo feliz que estaba de verlo pero al mismo tiempo la enorme tristeza y angustia de no haber sabido nada de el por un largo tiempo… ese tiempo que era relativamente corto pero que día tras día se transformaba en una agonía, en un castigo…

Fue un día, un día no tan especial, un día como cualquier otro, aunque a diferencia de los otros este era un día particularmente extraño. Hacia frio, las personas salían de sus casas bien abrigadas. Las hojas de los arboles se movían con la suave brisa, todo parecía estar en profunda armonía y calma.

Desde su ventana Kate podía ver como los días transcurrían, como las estaciones pasaban, y para no aburrirse siempre imaginaba alguna que otra historia en su mente, historias de amor por supuesto, eran esas las que a ella más le gustaban. Los finales felices no se hacían esperar; siempre el príncipe azul salía al rescate de su amada.

-¡Que romántico!- dijo Kate entre suspiros.

Tomó entre sus brazos a su peluche favorito y dando una vuelta exclamó: -¡algún día encontraré yo, a mi príncipe azul!-

Y diciendo eso se preparo para asistir a sus clases de piano.

Se despidió de su madre con un abrazo y un beso diciendo- ¡sabes mama, te quiero mucho!-. Su madre quedó extrañada ya que Kate nunca se había despedido de esa manera.

continuará...